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Museo del grano La Cilla

 

Fuerteventura fue durante siglos el granero de Canarias. De sus puertos salía grano para abastecer a otras islas. Hoy ese pasado se recuerda en la Casa de la Cilla, en La Oliva, un lugar que no pueden obviar aquellos interesados en conocer cuál fue la columna vertebral de la economía majorera hasta hace unas décadas.

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En Fuerteventura se crearon cillas en Betancuria, Tindaya, Tetir, Tiscamanita y La Oliva. La función de estos almacenes era guardar las cosechas de la Iglesia, bien aquellas obtenidas de los ganados y tierras de su propiedad como las que correspondían en concepto de rentas decimales.

La Cilla de La Oliva es un edificio del siglo XIX con paredes de piedra y techo a dos aguas claro ejemplo de la arquitectura tradicional. La edificación estuvo a cargo de Francisco Carrión y el coste ascendió a 2.007 pesos y dos cuartos. En 1836 fue incautada por el Estado a raíz de la desamortización de Mendizábal. Salió a subasta pública y cayó en manos privadas, quienes también la usaron como almacén de grano. El abandono planeó sobre el edificio hasta que fue adquirido por el Cabildo que en 1997 lo convirtió en el Museo del Grano La Cilla.

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En el museo se recrea la cultura generada en torno a la obtención de cereales. En su interior, se exponen aperos de labranza, textos y fotografías que ayudan al visitante a comprender la importancia que tuvo el grano antaño y cómo se las ingeniaron los majoreros para explotar unas tierras áridas y castigadas por la eterna ausencia de agua. Los que decidan visitar el recinto podrán conocer cómo hicieron los campesinos para captar las aguas de escorrentía a través de gavias, nateros y arenados.

 

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En las paredes de La Cilla cuelgan aperos y paneles que te ayudarán a comprender el ciclo agrícola: preparación de la tierra para el cultivo y para el aprovechamiento del agua, el arado de las tierras o el tiempo en el que se realizaba la siembra. Sin olvidar qué útiles se empleaban para sacar los cereales de las gavias o en qué consistía una trilla en la era.

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El ciclo agrícola terminaba con el almacenamiento y distribución de las cosechas como también lo hará la visita al museo. No olvides mirar las fotografías de la época, te ayudarán a entender todo el proceso pero también a conocer cómo era la vida en los campos majoreros.

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El olor a maderas viejas y a grano en La Cilla nos remontará hasta el Antiguo Régimen. Una percepción que también podrás encontrar en la casa de Los Coroneles, uno de los edificios arquitectónicos más emblemáticos del Archipiélago cuyo pasado señorial nos despierta la curiosidad por visitarlo. Anímate a pasear hasta la casona  que se encuentra  a escasos metros de La Cilla. Junto a la mansión, la iglesia de La Oliva, con su majestuosa torre de piedra negra, completa el paseo por el lugar, un recorrido ideal para los amantes de la historia.

 

Horario:  Martes a Sábado de 10.00 a 17.30 horas. 

Cerrado: Domingo y lunes.

          Museo del Grano La Cilla : 928 868 729

Oficina de museos : 928.85.89.98 / 928.85.28.89 / [email protected]

 

 

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